lunes, 9 de marzo de 2015

La Dictadura de los Partidos Políticos

por: Carlos Angulo

El desprestigio de los partidos políticos en México es una verdad axiomática. Esto hace atractivas las famosas candidaturas independientes. La decepción de los ciudadanos en los partidos políticos, deriva del hecho que éstos han entrado en una dinámica de designación de candidaturas que en la mayoría de los casos no representan liderazgos respetados por la sociedad, que carecen de los perfiles adecuados, que son postulados por sus “méritos partidistas”, que en la mayoría de las ocasiones obedecen a dinámicas de lealtades, a veces hasta con tintes de mafia, hacia el interior de los partidos y muchas de estas candidaturas ni siquiera se someten al escrutinio y a la competencia electoral, ya que son candidaturas plurinominales.

Habrá un cierto paliativo para la medición del desempeño de los legisladores, que podrán reelegirse a partir de los que sean electos en el año 2018, pero los legisladores deberán de ser postulados por los partidos políticos, con ciertos requisitos, a menos que hubieran sido elegidos como candidatos independientes.

No obstante lo anterior, los ciudadanos no adquieren una fuerza plena para la postulación de las personas que consideren más idóneas para actuar como legisladores, ya sea para la representación de las entidades federativas (estados y Distrito Federal), como es el caso de los senadores, o para la representación del pueblo de México, como es el caso de los diputados, así como para la representación del pueblo de cada entidad federativa, como es el caso de los diputados locales.

Consideramos que una de las formas en que el ciudadano puede adquirir una fuerza real para la postulación de candidaturas, es mediante el establecimiento de un sistema de elecciones primarias. Para ello bastaría reformar básicamente la Ley de Partidos Políticos y añadir un capítulo para estas elecciones a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Las elecciones primarias podrían funcionar con un mecanismo mediante el cual, antes de las elecciones, los ciudadanos se registrarían ante el Registro Nacional de Electores, como simpatizantes del partido político de su preferencia, si algún partido no obtuviera un registro de simpatizantes equivalente a cuando menos el 2% del Padrón Electoral, el partido político perdería su registro. Los partidos que obtuvieran un registro superior al 2% del Padrón, abrirían un pre-registro de sus militantes derivado de sus padrones internos y de ciudadanos que quisieran solicitar su registro como pre-candidatos de dichos partidos, reuniendo los requisitos internos del partido para esos efectos, en donde se podría incluir el de la aprobación de los órganos internos del partido.

Luego en una fecha anterior a la elección constitucional, el Instituto Nacional Electoral o el Órgano Local Electoral correspondiente, realizarían las elecciones primarias para la postulación de los partidos de las candidaturas registradas, en las casillas de la elección ordinaria, en donde estarían representados los partidos postulantes y sus precandidatos. De esta forma, los ciudadanos erigirían a las candidatas y a los candidatos de su preferencia por los partidos políticos en que se hubiesen registrado previamente como sus simpatizantes.

Los ciudadanos que se hubieran registrado como simpatizantes de un partido político, no podrían votar por candidaturas de un partido por el cual previamente no se hubieren registrado. El registro de simpatizante sería vigente únicamente para la elección primaria inmediata siguiente al del registro.

Mientras se realice una adecuada re-distritación para evitar la sobre-representación, se podrían reducir 100 diputados plurinominales y se podría eliminar la totalidad de los senadores de lista plurinominal.

Con lo anterior, creemos que la democracia en nuestro país podría mejorar exponencialmente, eliminándose la llamada partidocracia, otorgando al ciudadano su poder de postular a las candidaturas de su preferencia por el partido político que desee.


Con esta reforma impulsaríamos a los partidos políticos a buscar a las mejores mujeres y hombres, con los más adecuados perfiles, que tengan posiciones de liderazgo y posicionamiento social en sus distritos, impulsando a los políticos a ser leales a sus electores y no a deberles lealtades a sus partidos y estructuras de poder dentro de los mismos, dándole poder al ciudadano de exigir rendición de cuentas a sus legisladores y incentivar el buen desempeño de los mismos, subiendo la calidad de los políticos de nuestro país que tanta falta hace.

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