por:
Carlos Angulo
A
raíz de la falta de crecimiento económico de México, ante la entrada del
gobierno del PRI, dirigido por el Presidente Peña, nos preguntamos si
¿realmente al PRI se le olvidó en tan poco tiempo cómo gobernar para hacer
prosperar la economía? A mi forma de ver, yo creo que los financieros del PRI
saben perfectamente bien lo que están haciendo, entonces cabe una segunda
pregunta, ¿por qué si saben lo que están haciendo, entonces por qué no hacen lo
necesario para hacer crecer la economía? La respuesta es clara: porque el PRI
maneja la economía para su muy particular interés de dominio y no para hacer
prosperar al país.
El
Dr. Rafael Ruíz Harrell (1933-2007), escribió en 1986, un libro denominado
Exaltación de ineptitudes, que describe de forma magistral el por qué al PRI le
interesa mantener la pobreza en México, mencionando que simplemente por la
razón de que los pobres son fácilmente manipulables para el sistema
corporativo, clientelar que el PRI (y en el D.F. el PRD) maneja magistralmente.
Cuando al país le va bien económicamente, lo primero que sucede es que crece la
clase media y el PRI empieza a perder elecciones.
Revisando
la reforma fiscal promovida por Peña, a través de su Secretario de Hacienda
Luis Videgaray, nos encontramos con un aparente diseño, más que económico,
político en su estructura, que en cierta manera se asemeja al diseño del
sistema fiscal imperante en los años del llamado priato, en donde nos
encontramos con impuestos incumplibles e impagables, con un cúmulo de
contribuyentes no declarando lo que ganan, haciendo múltiples trampas en las
deducciones, pero leales al sistema en todo lo que el sistema les pide en lo
político.
Así
tenemos que durante el proceso de elaboración de la reforma fiscal del 2013,
los organismos empresariales de México, aunque críticos y preocupados por el
derrotero que tomaba la propuesta de reforma planteada por el gobierno, se
mantuvieron pasivos a las movilizaciones que pudieron llevar a cabo, a
consecuencia de que el gobierno que impulsaba dicha reforma, siempre se mantuvo
cercano a esos contribuyentes cautivos, que son los grandes consorcios privados
y organismos empresariales, induciéndolos a la “negociación”. Es decir,
regresando al viejo sistema de que a tus enemigos aplícales la dura ley y a tus
amigos concédeles favores, por medio de decretos presidenciales, misceláneas
fiscales y a través de reglas generales de carácter fiscal, resoluciones
particulares y demás excepciones administrativas, que no son permanentes, que
no son de ley y que no otorgan seguridad ni certeza jurídica.
Así
tenemos que ahora el gobierno, a través de una reforma fiscal que afecta a las
empresas productivas, les otorga favores por medio de decretos presidenciales,
para que puedan deducir conceptos no-deducibles conforme a la Ley del Impuesto
Sobre la Renta, para que a través de “certificaciones”, no paguen IVA o éste se
les devuelva de manera más rápida, para que no tengan que cobrar IVA a sus
consumidores. Pero eso sí, nadie se les debe de perder, porque para recibir
estas canonjías, deben de ingresar a la formalidad, inscribiéndose en los
padrones del Registro Federal de Contribuyentes, porque si no, no son
susceptibles de recibir las mieses del presupuesto social.
De
esta manera el PRI-Gobierno regresa plenamente a manipular a la población, a
través del garrote de las leyes fiscales duras que no promueven el empleo y la
inversión, pero el gobierno concede los favores para evitar el perjuicio que
les causa la ley a las empresas, en contraprestación de un “estate quieto”,
porque si no, el favor desaparece y “te aplico la ley de lleno”.
Para
evitar esto, la única salida que tenemos es aplicar el sistema democrático y
hacer que la ciudadanía se movilice para castigar al PRI en la elecciones
federales del 2015, en las que se renovará toda la Cámara de Diputados, en
donde ahora, el PRI y sus aliados incondicionales, el Partido Verde y Nueva
Alianza, tienen la mayoría. Pero esto para lograrse, se tiene que hacer, a
través de líderes que no tengan conflictos de interés, y una relación sumisa al
gobierno, ya sea a través de la aceptación de favores o de plano, a través del
maridaje que representan los proveedores del gobierno, sino con líderes
auténticos no-depredadores que se entreguen a la defensa de los ciudadanos. Por
desgracia, encontrar estos es cada día más difícil, porque la mayoría de los
partidos políticos están llenos de líderes depredadores con múltiples
conflictos de interés.
Lo
anterior, sin embargo, no impide que el sistema democrático en general deje de
funcionar. Para eso los mexicanos nos hemos dado con mucho esfuerzo un amplio
sistema electoral con múltiples salvaguardas que garantiza que los votos
“cuenten y se cuenten”. Por ello, el Partido Acción Nacional ha propuesto una
contra-reforma fiscal, que revierte la impulsada por el régimen, destacándose
lo relativo a revertir la homologación del IVA en las fronteras, los
incrementos de tasas del Impuesto Sobre la Renta, y la desaparición del régimen
de pequeños contribuyentes.
Esto,
ante las elecciones del 2015, abre una gran oportunidad para que el electorado
cobre al PRI-Gobierno esta reforma fiscal manipuladora y con una nueva Cámara de
Diputados regresemos al camino de tener leyes fiscales que promuevan la
inversión, el empleo y el desarrollo económico del país, con su consecuente
reducción de los niveles de pobreza.
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